Confianza en la Reforma Magisterial de Perú

Manos ofreciendo tierra fértil, simbolizando una ofrenda para generar confianza entre las partes.
Foto de Noah Buscher en Unsplash

La generación de confianza en la Reforma Magisterial siempre fue el desafío. A nadie le conviene separar docentes discrecionalmente y a todos les interesa mejorar sus capacidades, sobre todo en aquellos docentes que más lo necesiten. 

Este post explica la importancia de la confianza de los docentes en la Reforma Magisterial del Perú, enfatizando el rol del mérito en su proceso de mejora continua y la comunicación para fortalecer su compromiso y así lograr una educación de calidad.

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Confianza en la evaluación docente

La evaluación de docentes públicos es el corazón de la Reforma Magisterial. Brinda retroalimentación sobre las oportunidades de mejora en cada uno de ellos para alcanzar la máxima calidad educativa posible.

Además, permite renovar la confianza entre las familias y los docentes, como un contrato social que fortalezca el apoyo a seguir mejorando sus condiciones laborales en el tiempo, ya que asegura una mejora continua en las capacidades pedagógicas y de gestión de cara al estudiante.

Del mismo modo, la evaluación otorga tangibilidad a las promesas de la Reforma Magisterial. Así, estimula la confianza en el gobierno para, en representación de los contribuyentes, mejorar las condiciones laborales de los docentes. Ellos son la mejor inversión posible para nuestras futuras generaciones.

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Sin embargo, esa confianza se puede eclipsar si su comunicación se tergiversa.

La confianza se gana a pulso

Se requieren varios actos para que los docentes confíen en estas evaluaciones. Será necesario tener claridad sobre las competencias esperadas, ser consistentes con las reglas de juego basadas en el mérito, mejorar la calibración de sus instrumentos, entre otros.

Por ejemplo, en el caso de los instrumentos, se requiere más de uno para evaluar la complejidad de la práctica docente. Es una tarea importante seleccionarlos sabiamente y darle el correcto peso a cada uno: pruebas escritas, observaciones de clase, portafolio del docente, encuestas a la comunidad, grabaciones de clase, entre otros (Lacqua et al., 2018).

Para que las evaluaciones sean exigentes, deben reforzar su carácter formativo. Deben ser constantes con el fin de dar oportunidad a que los docentes mejoren y concluyan con éxito. Para ello es necesario capacitarlos de manera efectiva entre estas pruebas.

Estos esfuerzos importan mucho porque mensajes erróneos podrían tergiversar el propósito formativo de las evaluaciones hacia la idea de una Reforma Magisterial que busca separar docentes. Este acto rompe la confianza y, por ello, la comunicación juega un rol fundamental.

Separar docentes es el peor resultado para todos

La comunicación debe dejar absolutamente claro que la separación del cuerpo docente es el peor resultado para todos. Pierde el docente, pierde su comunidad educativa que generó vínculos con este y pierden los contribuyentes que por varios años destinaron recursos a su contratación y capacitación.  

Por ello es importante aclarar que las evaluaciones de la Reforma Magisterial buscan la motivación y superación constante en las prácticas docentes y que solo arribarán a la separación en caso detecten, de manera objetiva y recurrente, desempeños insatisfactorios que atenten contra el derecho educativo de sus estudiantes.

Ahora bien, la percepción acerca de las evaluaciones es distinta para cada docente. Por ejemplo, los profesores que ingresaron a la Carrera Pública Magisterial, antes de iniciar las evaluaciones meritocráticas, podrían tener una visión distinta con respecto a quienes fueron evaluados desde su ingreso bajo la Reforma Magisterial.

Para los primeros, la meritocracia se podría percibir como un acto que cambia las reglas de juego y amenaza su estabilidad. La comunicación debe, entonces, enfocar los actos de confianza en este grupo para fortalecer la Reforma Magisterial.

Para conseguirlo será necesario continuar mejorando las condiciones salariales de los docentes, tal como se ha hecho durante los últimos nueve años y en la medida de que las posibilidades financieras lo permitan. Sin embargo, es prudente que los ingresos dejen se ser generalizados y se condicionen a mejoras en los procesos de evaluación (Elacgua et al, 2018).

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Conclusión

En 2024 se cumplen 12 años desde que se aprobó la Ley de Reforma Magisterial y, dentro de ella, de la Carrera Pública Magisterial (CPM).

Será preciso evaluar sus impactos en la atracción de talento con nombramientos y la promoción de mejores capacidades mediante concursos de ascensos y la efectividad de las capacitaciones para superar las evaluaciones de desempeño.

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Establecer un proceso de mejora continua en la CPM es el mejor acto de confianza y por tanto constituye la mejor defensa contra los intentos políticos que buscan perforarla o incluso desmantelarla. Por ello, la meritocracia no debe parar.

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Referencias

Elacqua, G., Hincapié, D., Vegas, E. & Alfonso, M. (2018). Profesión: profesor en América Latina ¿por qué se perdió el prestigio docente y cómo recuperarlo? Banco Interamericano de Desarrollo.

Ministerio de Educación. (2021). Ley de Reforma Magisterial.  http://www.minedu.gob.pe/reforma-magisterial/docentes-nombrados.php

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